24/6/09

RUMBOS, LA MINERIA Y MI DERECHO A REPLICA

Texto del email enviado el 24 de junio


Estimado Director Editorial de Rumbos, Sr. Serrichio,


He leído en Rumbos del 21 de junio (páginas 4 y 5), la nota “Rumbos, San Juan, la minería y la censura” donde me ha citado y publicado parte de mis opiniones. Estas surgen de un email personal que yo le enviara, que Usted ha editado y reproducido parcialmente. Si consideró que mi email contenía una opinión relevante, lo hubiera publicado entero. Si por cuestiones razonables de espacio era necesario reducirlo, me hubiera invitado a escribir una carta de lectores pautándome la extensión, o en todo caso, debió haberme permitido ejercer mi derecho a revisar su edición. Eligió otra cosa, la peor opción, editar sin consultarme, un acto muy parecido a la censura.


Cuando me cita en el cuerpo de la nota, con referencia al arsénico del río Las Taguas, dice: “el geólogo Martín Carotti y el Sr. Montes afirman, en cambio, que se trata de contaminación natural de larga data”. Y mi afirmación no es infundada, el CRAS (Centro Regional de Aguas Subterráneas) ya en 1973 realizó perforaciones buscando agua con menores contenidos de Boro y Arsénico, para proveer a Jáchal. Cuando cursé la materia Hidrogeología en la UBA (1983), estudié como caso típico de contaminación natural, el Boro y Arsénico de Jáchal, información de vieja data, a menos que el Jefe de Cátedra, el fallecido Dr. Ruíz Huidobro haya tenido habilidades premonitorias. En 1984, cuando trabajaba en la exploración de la actual mina Gualcamayo, solía pernoctar en Jáchal; recuerdo haber interrogado a lugareños sobre las razones de la limitada variedad de cultivos en el valle, me explicaron que era porque el agua con arsénico no era buena para ciertas plantaciones. Y todo eso sucedió más de dos décadas antes de la puesta en producción de Veladero. Parece que información tan elemental ha sido pasada por alto por la autora y el editor.


La nota del 7 de junio menciona que: “de acuerdo con las declaraciones de la pediatra Graciela Tejada al diario La Nación en 2005,…en los últimos diez años, los casos de cáncer han aumentado un 150 por ciento”. Atribuir esa contaminación a la minería es bastante curioso, ya que la mina Veladero se puso en producción en septiembre de 2005. Cuesta entender como la contaminación con arsénico adjudicada a la mina, pudo haber enfermado de cáncer a la gente desde antes de su puesta en producción. Parece que la autora y el editor no han reparado en ese detalle.


En su nota Usted menciona que consultaron a “fuentes bibliográficas y técnicas, a expertos funcionarios y pobladores” y menciona entre los expertos al Profesor Marcelo Giraud y al intendente de San Carlos, Jorge Difonso, autor de la ley provincial mendocina 7722.


Dicha ley dice textualmente: “…. Se prohíbe en el territorio de la Provincia de Mendoza, el uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos”.


El “experto” Difonso parece ignorar que no se usa mercurio en proceso alguno en la industria minera moderna, y menos aún cianuro, mercurio y sulfúrico en cateos, prospección y exploración.


Lo que también ignora Difonso, es que al prohibir a la minería el uso de sustancias químicas que son de empleo común y uso legal en otras actividades de la provincia, en la galvanoplástia, plástica, refinamiento de petróleo, industria del vino, mosto, vinagre, etc, expone a la provincia a recursos legales que pueden tener serias consecuencias económicas para Mendoza. Ignorancia e irresponsabilidad compartidas por los legisladores que la votaron y por el gobierno del Ing. Cobos, que la promulgó. Calificar a Difonso como experto es, al menos, muy imaginativo.


En cuanto al Profesor Giraud, le envié por email: “El cuidado del medio ambiente, es un problema técnico. Y debe ser abordado técnicamente. Si mi hijo tiene apendicitis, consulto a un cirujano, y no a mi profesor de secundaria de biología. Si quiero saber de minería, no le pregunto a un profesor de geografía. El cuidado del medio ambiente no es un tema político, ni impositivo, ni geopolítico, y menos aún ideológico. No depende de quien es el propietario de los medios de producción, ni de su nacionalidad. Es sencillo y claro. Toda actividad debe ser monitoreada para que devuelva el agua al ambiente en al menos las mismas condiciones en las que la toma. Y eso no tiene contenido ideológico alguno, ni depende del régimen de propiedad”. Este texto, también cayó bajo la tijera de su edición.


He dejado en claro que la minería metalífera no consume agua, pues sus productos no tienen agua contenida; en cuanto a su uso, en su edición eliminó la parte sustancial de mi escrito: El 19-03-2008 el Diario Huarpe (datos Dirección de Hidráulica) hace una nota sobre el uso previsto de agua en la minería sanjuanina. Para Veladero, Gualcamayo, Pascua Lama, Casposo y Pachón, el uso previsto es de 1.200 l/s. El consumo agrícola en todo San Juan es de 168.077 l/s, frente a los 1.200 l/s de uso minero. Con las citadas minas en producción, la minería en San Juan usará sólo el 0,714% del consumo agrícola, probablemente, por debajo del nivel de error en las mediciones”.


Desconozco las razones por las que las autoridades nacionales, provinciales y empresariales no respondieron a su consulta, si es que así fue. Sin embargo, queda claro que Rumbos no supo buscar la información, ignoró parte de ella y la que tuvo no fue revisada, además de consultar a opinadores y no a personal técnico para la elaboración de la nota.


Si esta nota completa no merece ser publicada, le pido que por favor no la edite, de todos modos puede ser leída entera en mi blog: http://martincarotti.blogspot.com/.


Lo saludo cordialmente,


Lic. Martín Carotti