15/3/11

El cura de Jáchal y la minería


Es natural que una nueva actividad genere incertidumbre y temor en la población. Cuando la minería llega a un pueblo o ciudad chica, con su dinero, caras nuevas y diferentes modalidades de trabajo, produce desconfianza por el impacto que pudiera generar.

Para tener una visión objetiva del impacto social de la minería reproducimos algunos párrafos del reportaje de agosto del 2008  a Rómulo Cámpora, quien fuera  Párroco de Villa Mercedes, localidad ubicada 15 km al norte de Jáchal, que congrega a los fieles de treinta comunidades, que suman alrededor de 12 mil personas. El sacerdote comenta los cambios que vive su pueblo a partir de la llegada de la minería:

La cultura del trabajo

“Hoy en día Jáchal está teniendo un cambio interior, muy lerdo porque también nos debemos a una realidad del país, a idiosincrasias distintas, pero encauzados a una actitud de trabajo, de progreso. Como sacerdote veo como ha cambiado la realidad de las familias con respecto al trabajo. El minero que llega a su casa va trayendo pequeños adelantos: mejoramiento de la calidad de vida, educación para sus hijos, adquisición de elementos para la casa que hoy en día no son lujo sino una necesidad; cultivo del conocimiento, cosa que se había olvidado muchísimo”

“Primero, se ha valorado a la cultura del trabajo, que estos pueblos lo han ido perdiendo debido al desaliento por las políticas erróneas que se han tenido a lo largo de estos últimos años y han llevado a un empobrecimiento de la zona.”

“Este nuevo horizonte de la minería ha podido recuperar la cultura del trabajo, la valoración de la mano de obra y la profesión, los pequeños o grandes conocimientos de albañilería, de trabajo de campos. Se ha incentivado en la juventud el entusiasmo por estudiar”, ...... “Incluso los pequeños comerciantes, las personas que se dedican al quehacer docente han sido respaldados y se han visto fortalecidos por esta realidad”.

El engaño ideológico....

“También han surgido planteos en sentido negativo, creo que todos ante una cosa nueva, tienen sus temores, tienen sus cuidados… Pero el peor daño que se le puede haber hecho a Jáchal no ha sido la minería. Ha sido el engaño psicológico e ideológico que lo ha hecho ser un pueblo con muchas potencialidades de progreso, y que muchas actitudes mezquinas y egoístas lo han llevado al empobrecimiento”...... “No se ha comido, ni se ha dejado comer”.

Cuidando a la familia e integrando a la comunidad

“Las mineras se han insertado en el medio ambiente, con una actitud no solo de proteccionismo, sino de propuestas de crecimiento, que es muy distinto” ............“En nuestra propia parroquia, gracias a la realidad minera, tenemos un centro informático, donde se están capacitando 68 jóvenes en todo lo que hace al uso de Internet y la computación. Eso era impensable hace tres años”

“Acá se cuida la persona, hablando del hombre en su cuerpo y en su espíritu. Por eso el apoyo espiritual, psicológico; la preocupación por que el minero se reencuentre con su familia.”

Los valores  “son necesarios,  para que toda esa riqueza que podamos tener, todo ese bienestar… siempre vaya en beneficio del hombre. No vaya a pasar que cuando tengamos mucho, nos olvidemos de lo que somos. Por eso, son importantes los desafíos que este tipo de proyectos planta. Primero, que no se pierda el sentido solidario, que no se pierda el sentido de comunidad; no se pierda la cultura, las raíces; que los jóvenes no se vayan, y si se va, que regresen. También que no se pierda el sentido de la dignidad, es decir, que se valorice la vida. ........es necesario apuntar a una estabilidad de la familia, a una estabilidad de todas las organizaciones: uniones vecinales, clubes deportivos, las escuelas, la misma parroquia también.”

“Se nota un cambio, ..... hay gente que ha recuperado a su familia, el respeto por su esposa. La gente se volvió a sentir útil, cuando un ser humano no se siente útil no le podemos hablar ni siquiera de Dios. Entonces, este trabajo le da dignidad a las personas, y no solo eso, sino también acompañamiento, porque la vida aquí puede resultar muy difícil”.

Educando para el progreso

“Una realidad positiva es el progreso material de las personas, de la comunidad… Pero, ¿qué es lo negativo de esto? Que no sepamos utilizarlo. Por ejemplo, algo muy sencillo: se pavimenta una calle. Antes, íbamos despacio porque era de ripio, ahora vamos rápido. Ese progreso cambia el estilo de vida, pero en este caso, lo cambia para mal”.

 “Todo tiene cosas positivas y negativas. El progreso siempre ha traído cosas buenas. La electricidad no es mala, pero si no la se usar me voy a electrocutar… El Papa Benedicto en eso ha sido muy claro: tenemos que aprender a usar y compartir la riqueza que Dios les ha dado a los pueblo, pero en el sentido de compartir y no de destruir.”

“Como sacerdote he tratado de encauzar todo este intento de crecimiento en un sentido de compromiso solidario. Esto de ninguna manera significa asistencialismo, sino significa asistencia; es decir, dar la caña y empezar a pescar”.

Las mineras no reemplazan al Estado


“Las mineras no tienen que hacer el trabajo del Estado. Tiene que haber un equilibrio. Acompañamos el proceso de desarrollo, pero no tomamos el lugar que le corresponde a otro. Ellos ponen las herramientas y todos nos unimos y trabajamos. Ese es el engranaje que tenemos que mantener y por el que tenemos que luchar”.

Y el impacto llega a todos....

“Ha sido todo un camino, se ha logrado un diálogo entre instituciones, entre la familia. Se ha logrado también un entendimiento que ayuda también a que esa riqueza vaya llegando a todos, porque se ha ido potencializando el trabajo de los agricultores, de los artesanos, de los docentes… es como un sostén para que esa actividad minera quede también como un beneficio para que a las comunidades que van a permanecer siempre, a través de esto que es de paso, les quede en el tiempo cosas muy valiosas”.

Y también estuvo presente en Uspallata

El 25 de octubre del 2010, un día antes de la audiencia pública de San Jorge, Estación del Valle - Uspallata – le hizo el siguiente reportaje 

El padre Cámpora nos muestra una visión optimista y comprometida, basada en el diálogo y viendo la gran oportunidad de aprovechar el crecimiento económico para bien de su gente.

Una visión tan alejada de aquellos que atemorizan a la comunidad, promoviendo el resentimiento y la división.


Nota del 19/10/2011: Y no sólo el cura católico, Ricardo Alfaro, vecino de Paso del Sapo (Chubut), y Pastor de una de las iglesias evangélicas de la localidad nos dice que ve a la minería “como un medio de vida digno y genuino para la zona, soy optimista y puedo decir que se necesita generar trabajo estable formal”

A partir de su experiencia en Gastre, durante el comienzo de la exploración minera del proyecto Navidad, cuenta:

“Antes nacían en casas de chapa y allí vivían hasta sus últimos días, sin esperanza de que nada cambie. Hoy los jóvenes tienen la posibilidad de una vivienda propia, de un hogar, de un trabajo estable y en blanco, de vacaciones pagas, de aportar para una jubilación respetable”

“...antes de la llegada de la industria minera, los jóvenes se quedaban en su pueblo sin demasiadas esperanzas, o migraban hacia las ciudades. “Ahora, muchos de estos jovencitos han vuelto y tienen su trabajo y su familia arraigada a su propia tierra”.