21/6/11

POR QUÉ SE OPONEN?... III - Ecofascismo



“Lo importante no es lo que se dice....ni lo que se hace......sino a donde conducen sus actos” (Baruch). No podemos abordar la interpretación del pensamiento antiminero, sin saber hacia dónde nos lleva.

En POR QUÉ SE OPONEN?... I – Demasiadas personas... nos dicen que el mundo está enfermo, y que la codicia del hombre es la causa. En la nota II – Pensamiento acientífico nos enteramos que no “creen” en la ciencia y la tecnología, que quieren imponer un pensamiento a-científico, que militan con fervor, llegando al fanatismo. Que incluso emplean y justifican la repetición de mentiras, para lograr un impacto “emocional”.

Hacia donde nos lleva semejante insistencia?.
El relato de un protagonista

Patrick Moore, ecólogo y PhD en Ciencias, cofundador de Greenpeace en 1970, quien se retiró de la organización en 1986, es un observador privilegiado de la historia del movimiento ambientalista. A partir del conocimiento de la mayor “multinacional verde”, escribía en 1994:

"... fui uno de la docena de activistas que fundaron Greenpeace... La guerra de Vietnam estaba en su apogeo y el holocausto nuclear parecía cada día más cercano. Nosotros unimos a la paz, la ecología, y un talento para la comunicación mediática y nos lanzamos a construir la organización activista ambiental más grande del mundo. Para 1986, Greenpeace estaba establecida en 26 países y tenía un ingreso $100 millones de dólares anuales”.

“En 1986, el grueso de la sociedad occidental estaba ocupada adoptando la agenda ecologista que era considerada radical sólo 15 años antes. Para 1989, Chernobyl, el Exxon Valdez, la amenaza del calentamiento global, y el agujero de ozono habían establecido el debate.”

“Mientras que previamente el movimiento ecologista se encontró puertas afueras del poder, ahora estaba invitado a la mesa alrededor del mundo. Para los ecologistas, acostumbrados a la política de la confrontación, esta nueva era de aceptación imponía un gran reto.”

“Para mí, Greenpeace se trata de hacer sonar una alarma ecológica, despertar la conciencia masiva a las verdaderas dimensiones de nuestros problemas mundiales, señalando los problemas y definiendo su naturaleza. Greenpeace no tiene, necesariamente, las soluciones y ciertamente no está equipada para ponerlas en práctica. Eso requiere de gobiernos, corporaciones, instituciones públicas y ecologistas combinados en un alto grado de cooperación. Las políticas de culpa y vergüenza tienen que ser reemplazadas por las políticas de trabajar juntos y ganar.”

“Algunos ecologistas no lo vieron así y, en el nombre de una “profunda ecología” dieron un fuerte viraje hacia la ultra-izquierda, trayendo una modalidad de extremismo e intolerancia.”

“La caída del muro de Berlín contribuyó a este giro a la izquierda. Súbitamente, el movimiento internacional por la paz tenía mucho menos para hacer. Los grupos pro comunistas de Occidente fueron desacreditados. Muchos de sus miembros se trasladaron al movimiento ecologista.”

“... la nueva variante del movimiento ecologista es tan extrema que mucha gente, incluyéndome a mí, cree que su agenda es una amenaza más grande para el ambiente global que la sociedad en general.”

Y describe algunas de las características de lo que llama eco-extremismo:

Es anti-tecnología y anti-ciencia. Los eco-extremistas sueñan con volver a una clase de sociedad tecnológicamente primitiva. La explotación de bosques con caballos es la única clase que los extremistas pueden realmente tolerar. Ellos ven a las grandes máquinas como intrínsecamente destructivas.”

Es anti-organización. Los extremistas ambientales esperan a que todo el mundo adopte la anarquía como un modelo de comportamiento individual.”

Es anti-comercio. Los eco-extremistas no sólo se oponen al “libre comercio”, sino que al comercio internacional también, en la creencia de que cada “bio región” debería ser autosuficiente.”

Es anti-libre empresa. A despecho de que el socialismo de estado ha fracasado, los eco-extremistas son básicamente anti-negocios.”

Es anti-democrático”. Este es quizás el aspecto más sórdido del movimiento ecologista radical. La forma básica de nuestra sociedad, la democracia representativa liberal, es rechazada por ser “demasiado centrada en lo humano.” En el nombre de “hablar por los árboles y otras especies”, estamos enfrentados a un movimiento que traería aparejada una era de eco-fascismo.”

Es básicamente anti-civilización. En su esencia, el eco-extremismo rechaza virtualmente todo lo relacionado con la sociedad moderna. Se nos dice que nada que no sea el regreso a la sociedad tribal primitiva puede salvar al planeta del colapso ecológico. No más ciudades, no más aviones, no más trajes de poliéster. Es una versión muy ingenua de un retorno al Jardín del Edén.”

Y concluye: “El reto para todos los ecologistas es resistir la ruta del siempre incrementado extremismo, y saber cuándo hablar en vez de luchar. Para permanecer creíble y efectivo, ellos tienen que rechazar el acercamiento antihumano y anarquista. Esto se hace difícil por el hecho de que muchos individuos y sus mensajeros, los medios, están atraídos naturalmente a la confrontación y al sensacionalismo. No es fácil entusiasmarse por un encuentro en una comisión, cuando uno puede hacer que el Estado se arrodille en una barricada”.

En el 2005 Patrick Moore nos confirma sus temores y advierte que el movimiento ecologista se desplazó desde su primitiva base científica, hasta abrazar una tecnofobia religiosa:

“Comenzando a mediados de los años 80, Greenpeace, y gran parte del movimiento ecologista dieron un fuerte giro hacia la izquierda política y comenzaron a adoptar agendas extremistas que abandonaban la ciencia y la lógica a favor de la emoción y el sensacionalismo... más de seis mil millones de personas necesitan sobrevivir y prosperar, todos los días del año. El movimiento ecologista ha perdido su rumbo, favoreciendo a la corrección política por encima de la precisión fáctica, inclinándose a las tácticas de miedo para ganar apoyo. Muchas de las campañas en boga ahora lanzadas en nombre del ambiente darán por resultado, en caso de que tengan éxito, un aumento del daño al ambiente y al bienestar humano.”

“Democracia participativa” Vs. Democracia representativa

La Tesis doctoral en Ciencias Sociales de Lucrecia Wagner confirma el espíritu anárquico del “movimiento socioambiental”, que descree del sistema democrático consagrado por la ley, y propone una suerte de democracia directa:

“Organizaciones que han traído una vez más al foco del debate la falacia en la que se ha convertido la democracia representativa, que crean espacios de democracia participativa...”

“...la democracia participativa que estas organizaciones reclaman no se encuentra actualmente materializada en los espacios de participación que generan las estructuras oficiales.”

“...esta pérdida de confianza y de expectativas en la democracia representativa actual, ha dejado abierto el espacio para la formación de asambleas, colectivos, grupos de vecinos y otro tipo de organizaciones que comparten el objetivo de una democracia real, participativa.

Incluso algunas expresiones políticas afines, en su propuesta programática lo dicen claramente: “Debe revertirse el concepto elitista de que “el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes” y establecer modalidades de democracia directa con mecanismos de participación popular”.

Concepto seguido al pié de la letra cuando los manifestantes irrumpen en la Legislatura, haciendo una parodia de democracia directa.

Un sistema de “democracia directa” donde las decisiones se toman por aclamación de los más exaltados, sin deliberación alguna, ni posibilidad de disenso, al calor de la multitud y en medio de los cantos, consignas y banderas, usurpando representaciones que nadie les otorgó. Una curiosa manera de entender la democracia directa, más parecida al lanzamiento de  proclamas fascistas, donde el desacuerdo es tomado como traición.

Un “debate sobre la libertad”

Expresan claramente la necesidad de reemplazar nuestra democracia representativa y republicana, consagrada por la Constitución Nacional, por asambleas que ejerzan la “democracia directa”, atribuyéndole a estas, la facultad de decidir “qué recursos necesitan extraer en función de sus reales necesidades, cómo y cuándo hacerlo, y cómo optimizar su transformación”. Una organización que les otorgue a estas asambleas la autoridad y capacidad de decidir cuáles bienes, cuántos y cuándo son necesarios en nuestra vida.

Proponen reemplazar la libre elección de los individuos, sobre qué consumir, producir, cómo y cuándo, por la decisión de una asamblea. Obviamente, para que ese dictamen tenga efecto, debe contar con el poder coercitivo del Estado, instaurando un sistema de economía centralmente planificada. Dejo a los lectores interpretar las consecuencias que eso tiene sobre el sistema de libertades individuales que consagra nuestra constitución.

Les interesa el medio ambiente, o nos quieren imponer un combo ideológico?

En realidad, no les interesa el medio ambiente. Usan el medio ambiente para intentar imponer un combo ideológico, y encima, atrasado, como producto lácteo vencido. Un socialismo bucólico, rural, anti-industrialista, en una versión precientífica. Un socialismo utópico premarxista.

Nos proponen otra utopía. Nos proponen democracia directa con asambleas definiendo las “reales necesidades”, qué, cuándo, cómo producimos y consumimos; socialización o estatización de los medios de producción y economía centralmente planificada... nos proponen otra utopía,... o será siempre la misma?... nos dicen cómo empieza, no hasta donde quieren llegar....

Y lo quieren imponer utilizando métodos fascistas, porque en elecciones,... no ganan.